En 1960, cuando yo tenía siete años, mi abuela Angelica me abrió los ojos al significado del 8 de mayo de 1945, el día en que la Alemania nazi se rindió y la Segunda Guerra Mundial acabó en Europa. Estábamos pasando las vacaciones de verano en Normandía, donde la liberación de Europa del nazismo había comenzado el 6 de junio de 1944. Una tarde escuché a mis padres y mi abuela platicar sobre el pasado. He olvidado los detalles de su conversación, pero todavía me parece oír el suspiro de alivio de mi abuela cuando dijo "Gracias a Dios que perdimos esa guerra".
En 1960, cuando yo tenía siete años, mi abuela Angelica me abrió los ojos al significado del 8 de mayo de 1945, el día en que la Alemania nazi se rindió y la Segunda Guerra Mundial acabó en Europa. Estábamos pasando las vacaciones de verano en Normandía, donde la liberación de Europa del nazismo había comenzado el 6 de junio de 1944. Una tarde escuché a mis padres y mi abuela platicar sobre el pasado. He olvidado los detalles de su conversación, pero todavía me parece oír el suspiro de alivio de mi abuela cuando dijo "Gracias a Dios que perdimos esa guerra".