karl2_ED JONESAFP via Getty Images_trumpindictment Ed Jones/AFP via Getty Images

La acusación contra Trump es un buen augurio para la democracia

STANFORD – Los países aliados de los Estados Unidos, que estaban horrorizados ante la creciente disfuncionalidad de la democracia en este país, pueden respirar aliviados tras la sorprendente acusación formal contra el ex-presidente Donald Trump ante un gran jurado en Nueva York, por cargos relacionados con el soborno pagado a la actriz pornográfica Stormy Daniels.

En otra victoria (aunque menos trascendental) para el Estado de Derecho, un tribunal del Distrito de Columbia confirmó el pasado 28 de marzo la extradición del ex-presidente peruano Alejandro Toledo, detenido hace cuatro años y acusado de blanqueo de capitales y sobornos relacionados con la constructora brasileña Odebrecht. Independientemente de los resultados, el hecho de que ambos ex-mandatarios vayan a ser juzgados debería contribuir a restablecer la confianza en el compromiso de los Estados Unidos con la defensa de la democracia, dentro y fuera del país.

Sin duda, aliados democráticos como Francia, Taiwán y Corea del Sur ya han acusado e incluso condenado a ex-jefes de Estado. No obstante, la acusación contra Trump --la primera contra un ex-presidente o un presidente en ejercicio de los Estados Unidos-- marca un hito. Aunque la acusación aún está sellada y se desconoce el contenido del caso presentado por el fiscal de distrito del Condado de Nueva York, Alvin L. Bragg, ningún fiscal de distrito o gran jurado estatal acusaría a un ex-presidente excepto por un delito grave.

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