PRINCETON – Mucha gente parece estar perdiendo la fe en el capitalismo y, con ella, su fe en los economistas, a quienes perciben como sus apologistas. El nuevo libro, The Economists’ Hour (La hora de los economistas), del periodista del New York Times, Binyamin Appelbaum, plantea muchas preguntas incómodas. ¿Se equivocó de camino la ciencia económica? Quienes no estamos de acuerdo con la variante neoclásica de la escuela de Chicago, ¿hemos, sin embargo, dejado que nos llevaran demasiado lejos en esa dirección? ¿Sería el mundo un lugar mejor si los economistas de Cambridge hubieran tenido más influencia y los de Chicago, menos? Y, por Cambridge, por supuesto me refiero a Cambridge, Inglaterra.
PRINCETON – Mucha gente parece estar perdiendo la fe en el capitalismo y, con ella, su fe en los economistas, a quienes perciben como sus apologistas. El nuevo libro, The Economists’ Hour (La hora de los economistas), del periodista del New York Times, Binyamin Appelbaum, plantea muchas preguntas incómodas. ¿Se equivocó de camino la ciencia económica? Quienes no estamos de acuerdo con la variante neoclásica de la escuela de Chicago, ¿hemos, sin embargo, dejado que nos llevaran demasiado lejos en esa dirección? ¿Sería el mundo un lugar mejor si los economistas de Cambridge hubieran tenido más influencia y los de Chicago, menos? Y, por Cambridge, por supuesto me refiero a Cambridge, Inglaterra.