PARÍS – Franca está en una encrucijada. Tiene numerosos activos valiosos, pero no puede aplazar unas reformas necesarias desde hace mucho o, si no, llegará a contar cada vez menos en una economía mundial ferozmente competitiva. Ése es el imperativo económico que el Presidente, François Hollande, el Primer Ministro, Jean-Marc Ayrault, y todos los miembros del Gobierno francés debemos afrontar.
PARÍS – Franca está en una encrucijada. Tiene numerosos activos valiosos, pero no puede aplazar unas reformas necesarias desde hace mucho o, si no, llegará a contar cada vez menos en una economía mundial ferozmente competitiva. Ése es el imperativo económico que el Presidente, François Hollande, el Primer Ministro, Jean-Marc Ayrault, y todos los miembros del Gobierno francés debemos afrontar.