NEWPORT, RHODE ISLAND – Igual que el zar Nicolás II, el presidente ruso Vladímir Putin ha identificado mal a su enemigo principal. Mientras lleva adelante una guerra por elección, permite que la verdadera amenaza contra su país se fortalezca. La amenaza existencial para Rusia es China, no Ucrania. En la guerra ruso‑japonesa de 1904‑05, Nicolás se enfrentó a Japón por Manchuria para obligarlo a hacer concesiones que Rusia no podía monetizar, en vez de invertir en los ferrocarriles y las municiones que necesitaría un decenio después para luchar contra el verdadero enemigo de su país, Alemania.
NEWPORT, RHODE ISLAND – Igual que el zar Nicolás II, el presidente ruso Vladímir Putin ha identificado mal a su enemigo principal. Mientras lleva adelante una guerra por elección, permite que la verdadera amenaza contra su país se fortalezca. La amenaza existencial para Rusia es China, no Ucrania. En la guerra ruso‑japonesa de 1904‑05, Nicolás se enfrentó a Japón por Manchuria para obligarlo a hacer concesiones que Rusia no podía monetizar, en vez de invertir en los ferrocarriles y las municiones que necesitaría un decenio después para luchar contra el verdadero enemigo de su país, Alemania.