WASHINGTON, D. C. – El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, puede parecer asediado en su país, pero, al hacer de intermediario para lograr un cese el fuego entre Israel y Hamás el pasado mes de noviembre, realzó enormemente su prestigio político en todo Oriente Medio. De hecho, al tocar a su fin 2012, se ha restablecido la posición central de Egipto en la diplomacia regional. La gran pregunta para 2013 es la de si Morsi continuará su logro en Gaza abordando otro importante imperativo diplomático: el de restaurar las relaciones con el Irán después de más de tres decenios de animosidad.
WASHINGTON, D. C. – El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, puede parecer asediado en su país, pero, al hacer de intermediario para lograr un cese el fuego entre Israel y Hamás el pasado mes de noviembre, realzó enormemente su prestigio político en todo Oriente Medio. De hecho, al tocar a su fin 2012, se ha restablecido la posición central de Egipto en la diplomacia regional. La gran pregunta para 2013 es la de si Morsi continuará su logro en Gaza abordando otro importante imperativo diplomático: el de restaurar las relaciones con el Irán después de más de tres decenios de animosidad.