TOKIO – A poco de comenzar 2018, Tokio (y ciudades de todo Japón) están desempolvando olvidadas infraestructuras de defensa civil y procedimientos de respuesta a ataques nucleares. Los escolares practican ejercicios de seguridad nuclear como los que padecí siendo niña, en plena Guerra Fría. La policía y los equipos de respuesta a emergencias repasan medidas que estaban en desuso desde los noventa. Los hospitales hacen pruebas de estrés. Se inspeccionan y reparan refugios antirradiación. Y se explora el potencial de nuevas innovaciones y recursos para reforzar la seguridad de la población civil.
TOKIO – A poco de comenzar 2018, Tokio (y ciudades de todo Japón) están desempolvando olvidadas infraestructuras de defensa civil y procedimientos de respuesta a ataques nucleares. Los escolares practican ejercicios de seguridad nuclear como los que padecí siendo niña, en plena Guerra Fría. La policía y los equipos de respuesta a emergencias repasan medidas que estaban en desuso desde los noventa. Los hospitales hacen pruebas de estrés. Se inspeccionan y reparan refugios antirradiación. Y se explora el potencial de nuevas innovaciones y recursos para reforzar la seguridad de la población civil.