CAMBRIDGE – La política doméstica, la geopolítica y la economía estarán entrelazadas en 2020 a un nivel sin precedentes en décadas. El frágil desempeño económico y la gobernanza problemática en gran parte del mundo amenazan con desatar un círculo vicioso: los resultados económicos adversos conducen a un populismo en casa y a un nacionalismo truculento en el exterior, lo que a su vez exacerba los problemas económicos en tanto aumenta el proteccionismo, cae la inversión y se desmorona la confianza del consumidor. La mala economía genera mala política, lo que se traduce en una peor economía y en una peor política.
CAMBRIDGE – La política doméstica, la geopolítica y la economía estarán entrelazadas en 2020 a un nivel sin precedentes en décadas. El frágil desempeño económico y la gobernanza problemática en gran parte del mundo amenazan con desatar un círculo vicioso: los resultados económicos adversos conducen a un populismo en casa y a un nacionalismo truculento en el exterior, lo que a su vez exacerba los problemas económicos en tanto aumenta el proteccionismo, cae la inversión y se desmorona la confianza del consumidor. La mala economía genera mala política, lo que se traduce en una peor economía y en una peor política.