OXFORD – En el período previo a las múltiples votaciones que tuvieron lugar en todo el mundo en 2016, incluyendo la votación por el Brexit del Reino Unido y la elección presidencial de Estados Unidos, compañías de redes sociales como Facebook y Twitter sistemáticamente le brindaron a una gran cantidad de votantes información de mala calidad -en verdad, muchas veces mentiras absolutas- sobre la política y las políticas públicas. Aunque estas compañías han sido muy criticadas, las noticias basura -historias sensacionalistas, teorías conspirativas y otra desinformación- siguieron generándose a lo largo de 2017.
OXFORD – En el período previo a las múltiples votaciones que tuvieron lugar en todo el mundo en 2016, incluyendo la votación por el Brexit del Reino Unido y la elección presidencial de Estados Unidos, compañías de redes sociales como Facebook y Twitter sistemáticamente le brindaron a una gran cantidad de votantes información de mala calidad -en verdad, muchas veces mentiras absolutas- sobre la política y las políticas públicas. Aunque estas compañías han sido muy criticadas, las noticias basura -historias sensacionalistas, teorías conspirativas y otra desinformación- siguieron generándose a lo largo de 2017.