KUALA LUMPUR – Durante varias décadas, los movimientos de base “impulsados por el pueblo” en todo el sudeste asiático han luchado por reformas democráticas, derechos humanos, mejor acceso a la educación y atención médica de calidad; y, en última instancia, luchan por poner fin a la pobreza extrema. Estos movimientos han sido motivados por una visión de prosperidad inclusiva y con justicia social que se erige como una alternativa al “camino hacia la servidumbre” neoliberal por el cual gran parte de la región ha estado viajando por costumbre.
KUALA LUMPUR – Durante varias décadas, los movimientos de base “impulsados por el pueblo” en todo el sudeste asiático han luchado por reformas democráticas, derechos humanos, mejor acceso a la educación y atención médica de calidad; y, en última instancia, luchan por poner fin a la pobreza extrema. Estos movimientos han sido motivados por una visión de prosperidad inclusiva y con justicia social que se erige como una alternativa al “camino hacia la servidumbre” neoliberal por el cual gran parte de la región ha estado viajando por costumbre.