LONDRES – Una vez conversé con una académica china, cuyos padres huyeron de China en la década de 1930, horrorizados por la codicia y la corrupción que asolaban el país antes de la revolución comunista. Después de 1949, los dos dejaron cómodos puestos de trabajo en universidades californianas y regresaron para ayudar a construir una nueva China.
LONDRES – Una vez conversé con una académica china, cuyos padres huyeron de China en la década de 1930, horrorizados por la codicia y la corrupción que asolaban el país antes de la revolución comunista. Después de 1949, los dos dejaron cómodos puestos de trabajo en universidades californianas y regresaron para ayudar a construir una nueva China.