LONDRES – Vivimos en la Era de la Angustia. Son tiempos de enojo, aprehensión, temor, confusión, división, polarización y creciente desconfianza y desdén por las instituciones. Gracias a la proliferación de las tecnologías digitales, somos tanto espectadores como gladiadores. Podemos cambiar de un rol a otro en un abrir y cerrar de ojos, en un zumbante ir y venir entre los asientos para la audiencia y la seca y polvorienta arena.
LONDRES – Vivimos en la Era de la Angustia. Son tiempos de enojo, aprehensión, temor, confusión, división, polarización y creciente desconfianza y desdén por las instituciones. Gracias a la proliferación de las tecnologías digitales, somos tanto espectadores como gladiadores. Podemos cambiar de un rol a otro en un abrir y cerrar de ojos, en un zumbante ir y venir entre los asientos para la audiencia y la seca y polvorienta arena.