HARARE – En una fría noche invernal de julio de 2016, miles de personas se reunieron en las afueras del Tribunal de Magistrados, ubicado en el distrito conocido como Rotten Row de Harare, para esperar el veredicto en el caso del gobierno de Zimbabue contra el pastor Evan Mawarire, líder del movimiento #ThisFlag y férreo opositor al entonces Presidente Robert Mugabe. Cuando los magistrados finalmente rechazaron los cargos de traición contra Mawarire por convocar pacíficamente a manifestarse contra la corrupción, espontáneamente se generó una fiesta callejera. Fue una victoria inesperada del estado de derecho, ganada, al menos en parte, mediante una acción colectiva de no-violencia por parte de la gente de a pie.
HARARE – En una fría noche invernal de julio de 2016, miles de personas se reunieron en las afueras del Tribunal de Magistrados, ubicado en el distrito conocido como Rotten Row de Harare, para esperar el veredicto en el caso del gobierno de Zimbabue contra el pastor Evan Mawarire, líder del movimiento #ThisFlag y férreo opositor al entonces Presidente Robert Mugabe. Cuando los magistrados finalmente rechazaron los cargos de traición contra Mawarire por convocar pacíficamente a manifestarse contra la corrupción, espontáneamente se generó una fiesta callejera. Fue una victoria inesperada del estado de derecho, ganada, al menos en parte, mediante una acción colectiva de no-violencia por parte de la gente de a pie.