MADRID – El orden global internacional nacido de la Segunda Guerra Mundial ha quedado obsoleto. No es algo que haya ocurrido de la noche a la mañana: la necesidad de reformas ha sido evidente por mucho tiempo. Y, sin embargo, la transformación que se precisa es más amplia de lo que muchos piensan y más urgente que nunca.
MADRID – El orden global internacional nacido de la Segunda Guerra Mundial ha quedado obsoleto. No es algo que haya ocurrido de la noche a la mañana: la necesidad de reformas ha sido evidente por mucho tiempo. Y, sin embargo, la transformación que se precisa es más amplia de lo que muchos piensan y más urgente que nunca.