ITHACA/WASHINGTON, DC – La renuncia repentina de Jim Yong Kim como presidente del Grupo del Banco Mundial (GBM) ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la dirección, legitimidad y efectividad de esa institución de 75 años. Al igual que otras instituciones multilaterales, el Banco en los últimos años ha recibido críticas por su elitismo y por defender modelos caducos de globalización económica que no han sabido ofrecer beneficios generalizados. También se ha convertido en otro escenario donde se dirime la rivalidad geopolítica de grandes potencias entre Estados Unidos y China.
ITHACA/WASHINGTON, DC – La renuncia repentina de Jim Yong Kim como presidente del Grupo del Banco Mundial (GBM) ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la dirección, legitimidad y efectividad de esa institución de 75 años. Al igual que otras instituciones multilaterales, el Banco en los últimos años ha recibido críticas por su elitismo y por defender modelos caducos de globalización económica que no han sabido ofrecer beneficios generalizados. También se ha convertido en otro escenario donde se dirime la rivalidad geopolítica de grandes potencias entre Estados Unidos y China.