El futuro de Afganistán pende de los esfuerzos de su débil gobierno nacional por conservar apoyo y legitimidad de cara a una creciente insurgencia, los señores de la guerra, el comercio de heroína y una población desilusionada. A lo largo de un arco que se extiende desde este país al África oriental, la violencia hoy arrecia en Irak, el Líbano, Somalia y más allá, en la región de Darfur de Sudán.
El futuro de Afganistán pende de los esfuerzos de su débil gobierno nacional por conservar apoyo y legitimidad de cara a una creciente insurgencia, los señores de la guerra, el comercio de heroína y una población desilusionada. A lo largo de un arco que se extiende desde este país al África oriental, la violencia hoy arrecia en Irak, el Líbano, Somalia y más allá, en la región de Darfur de Sudán.