CAMBRIDGE – Hace treinta años, China tenía muy poco peso en la economía global y escasa influencia fuera de sus fronteras, excepto unos pocos países con los que tenía estrechas relaciones políticas y militares. Hoy el país es una notable potencia económica: es el taller de manufactura del mundo, su principal financista, un inversionista importante en todo el mundo, desde África a América Latina y, cada vez más, una fuente importante de investigación y desarrollo.
CAMBRIDGE – Hace treinta años, China tenía muy poco peso en la economía global y escasa influencia fuera de sus fronteras, excepto unos pocos países con los que tenía estrechas relaciones políticas y militares. Hoy el país es una notable potencia económica: es el taller de manufactura del mundo, su principal financista, un inversionista importante en todo el mundo, desde África a América Latina y, cada vez más, una fuente importante de investigación y desarrollo.