NUEVA YORK – Europa ha estado padeciendo una crisis financiera desde 2007. Cuando la quiebra de Lehman Brothers puso en peligro el crédito de las entidades financieras, se substituyó el crédito privado por el del Estado, lo que reveló un fallo no reconocido en el euro. Al transferir al Banco Central Europeo (BCE) su derecho a acuñar moneda, los países miembros se expusieron al riesgo de suspensión de pagos, como los países del Tercer Mundo profundamente endeudados en una divisa extranjera. Los bancos comerciales cargados de bonos estatales de países débiles resultaron potencialmente insolventes.
NUEVA YORK – Europa ha estado padeciendo una crisis financiera desde 2007. Cuando la quiebra de Lehman Brothers puso en peligro el crédito de las entidades financieras, se substituyó el crédito privado por el del Estado, lo que reveló un fallo no reconocido en el euro. Al transferir al Banco Central Europeo (BCE) su derecho a acuñar moneda, los países miembros se expusieron al riesgo de suspensión de pagos, como los países del Tercer Mundo profundamente endeudados en una divisa extranjera. Los bancos comerciales cargados de bonos estatales de países débiles resultaron potencialmente insolventes.