BEIJING: La represión continua en contra de los miembros de Falong Gong, un movimiento cuyos seguidores reponden al llamado de su líder para “alcanzar la consumación enfrentando la cárcel o la muerte”, constituye una evidencia clara de que algo nuevo e inexplicable está sucediendo en China. Pero aquí hay una paradoja, porque ese “algo nuevo” es también algo muy antiguo. Precisamente porque este culto masivo convertido en movimiento de protesta tiene una resonancia tradicional, representa una amenaza para el Partido.
BEIJING: La represión continua en contra de los miembros de Falong Gong, un movimiento cuyos seguidores reponden al llamado de su líder para “alcanzar la consumación enfrentando la cárcel o la muerte”, constituye una evidencia clara de que algo nuevo e inexplicable está sucediendo en China. Pero aquí hay una paradoja, porque ese “algo nuevo” es también algo muy antiguo. Precisamente porque este culto masivo convertido en movimiento de protesta tiene una resonancia tradicional, representa una amenaza para el Partido.