PARÍS – ¿Quién lo habría dicho? Allí estaban, los brasileños, protestando en la puerta de los estadios de fútbol en contra de que su país sea la sede de la Copa Mundial en 2014 -y eso, incluso, en el mismo momento en que su selección nacional estaba apaleando a España en la final de la Copa Confederaciones. Fue como si los católicos marcharan a protestar a las puertas del Vaticano contra la elección de un nuevo Papa.
PARÍS – ¿Quién lo habría dicho? Allí estaban, los brasileños, protestando en la puerta de los estadios de fútbol en contra de que su país sea la sede de la Copa Mundial en 2014 -y eso, incluso, en el mismo momento en que su selección nacional estaba apaleando a España en la final de la Copa Confederaciones. Fue como si los católicos marcharan a protestar a las puertas del Vaticano contra la elección de un nuevo Papa.