NUEVA YORK – Las grandes empresas se ven cada vez más sometidas a presiones, con frecuencia de organizaciones no gubernamentales activistas, para que asuman obligaciones concretas de “responsabilidad social de las grandes empresas” (RSGE), pero el hecho de que se exija RSGE y a veces se la conceda no garantiza la claridad sobre sus fundamentos o las formas como se debería aplicarla.
NUEVA YORK – Las grandes empresas se ven cada vez más sometidas a presiones, con frecuencia de organizaciones no gubernamentales activistas, para que asuman obligaciones concretas de “responsabilidad social de las grandes empresas” (RSGE), pero el hecho de que se exija RSGE y a veces se la conceda no garantiza la claridad sobre sus fundamentos o las formas como se debería aplicarla.