CAMBRIDGE – Cuando los gobiernos de todo el mundo formulan políticas para abordar los problemas de las entidades financieras fallidas, deben asegurarse de que eligen a sus beneficiarios con sensatez. En particular, deben estudiar y evitar los errores cometidos en el rescate de AIG a finales de 2008.
CAMBRIDGE – Cuando los gobiernos de todo el mundo formulan políticas para abordar los problemas de las entidades financieras fallidas, deben asegurarse de que eligen a sus beneficiarios con sensatez. En particular, deben estudiar y evitar los errores cometidos en el rescate de AIG a finales de 2008.