BERLÍN – El “no” de Turquía del mes pasado (voto emitido junto con Brasil) a las nuevas sanciones contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas muestra de forma espectacular el grado de distanciamiento de Occidente del país. ¿Estamos siendo testigos, como han señalado muchos comentaristas, de las consecuencias de la llamada política exterior neo-otomana del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en el gobierno, que supuestamente tiene el objetivo de cambiar de dirección y regresar a las raíces orientales islámicas del país?
BERLÍN – El “no” de Turquía del mes pasado (voto emitido junto con Brasil) a las nuevas sanciones contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas muestra de forma espectacular el grado de distanciamiento de Occidente del país. ¿Estamos siendo testigos, como han señalado muchos comentaristas, de las consecuencias de la llamada política exterior neo-otomana del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en el gobierno, que supuestamente tiene el objetivo de cambiar de dirección y regresar a las raíces orientales islámicas del país?