Desde finales de la década de los 1990, en muchos lugares del mundo ha habido un auge de la vivienda. Como sostuve el año pasado en la segunda edición de mi libro Irrational Exuberance, el auge tiene su origen en la inversión especulativa de los compradores de casas ordinarios, alimentado sustancialmente por la percepción mundial de que el capitalismo ha triunfado y que toda la gente debe ver por sí misma adquiriendo propiedades. Al estar convencidos de que la propiedad privada es componente esencial de una vida inteligente, los compradores han presionado al alza los precios de la vivienda.
Desde finales de la década de los 1990, en muchos lugares del mundo ha habido un auge de la vivienda. Como sostuve el año pasado en la segunda edición de mi libro Irrational Exuberance, el auge tiene su origen en la inversión especulativa de los compradores de casas ordinarios, alimentado sustancialmente por la percepción mundial de que el capitalismo ha triunfado y que toda la gente debe ver por sí misma adquiriendo propiedades. Al estar convencidos de que la propiedad privada es componente esencial de una vida inteligente, los compradores han presionado al alza los precios de la vivienda.