NUEVA YORK – Por razones obvias, la vista de una turba de alemanes persiguiendo a extranjeros por las calles y alzando los brazos en saludos hitlerianos es particularmente inquietante. Sucedió hace poco en Chemnitz, una descolorida ciudad industrial en Sajonia, a la que en la ex República Democrática de Alemania se proclamaba como ciudad socialista modelo (se llamó Karl‑Marx‑Stadt entre 1953 y 1990). La policía pareció incapaz de detener los disturbios, iniciados por la muerte de un cubano‑alemán apuñalado en una pelea con dos hombres de Medio Oriente.
NUEVA YORK – Por razones obvias, la vista de una turba de alemanes persiguiendo a extranjeros por las calles y alzando los brazos en saludos hitlerianos es particularmente inquietante. Sucedió hace poco en Chemnitz, una descolorida ciudad industrial en Sajonia, a la que en la ex República Democrática de Alemania se proclamaba como ciudad socialista modelo (se llamó Karl‑Marx‑Stadt entre 1953 y 1990). La policía pareció incapaz de detener los disturbios, iniciados por la muerte de un cubano‑alemán apuñalado en una pelea con dos hombres de Medio Oriente.