NUEVA YORK – «La madurez lo es todo», dijo Edgar en el Rey Lear de Shakespeare. A la hora de negociar el fin de los conflictos internacionales o sus límites, tiene razón: los acuerdos solo se logran cuando los protagonistas principales están dispuestos a transigir y son después capaces de comprometer a sus respectivos gobiernos para implementar el acuerdo.
NUEVA YORK – «La madurez lo es todo», dijo Edgar en el Rey Lear de Shakespeare. A la hora de negociar el fin de los conflictos internacionales o sus límites, tiene razón: los acuerdos solo se logran cuando los protagonistas principales están dispuestos a transigir y son después capaces de comprometer a sus respectivos gobiernos para implementar el acuerdo.