BERLÍN – Un aspecto de la crisis en Ucrania que Rusia y Occidente tienen que entender es que el resto del mundo parece no interesarle el tema del todo. Aunque Occidente, junto con Japón, pueden considerar la crisis como un desafío al orden mundial, la mayoría de los demás Estados no se sienten en riesgo por la anexión de Crimea por Rusia u otros proyectos que tenga en ese país. En cambio, muchos perciben la crisis principalmente como la incapacidad de Europa para resolver sus propias disputas regionales –aunque un resultado exitoso podría dar un impulso a la influencia de Europa en el mundo como actor de mantenimiento de la paz.
BERLÍN – Un aspecto de la crisis en Ucrania que Rusia y Occidente tienen que entender es que el resto del mundo parece no interesarle el tema del todo. Aunque Occidente, junto con Japón, pueden considerar la crisis como un desafío al orden mundial, la mayoría de los demás Estados no se sienten en riesgo por la anexión de Crimea por Rusia u otros proyectos que tenga en ese país. En cambio, muchos perciben la crisis principalmente como la incapacidad de Europa para resolver sus propias disputas regionales –aunque un resultado exitoso podría dar un impulso a la influencia de Europa en el mundo como actor de mantenimiento de la paz.