WASHINGTON, DC – En el otoño de 2020, muchas autoridades locales y estatales en Estados Unidos decidieron no reabrir las escuelas para clases presenciales. Esto se recordará como una falla vergonzosa de los responsables de las políticas a la hora de fijar sus prioridades. Hubo infinidad de cosas absurdas. En Georgia, los adultos podían asistir a locales de tatús, pero los alumnos de quinto grado no podían ir a clases de matemáticas. En muchos estados, los adultos podían reunirse en un bar, pero se obligaba a los niños a sentarse frente a pantallas de computadora y recibir lecciones online que, en muchos casos, directamente equivalían a no ir a la escuela.
WASHINGTON, DC – En el otoño de 2020, muchas autoridades locales y estatales en Estados Unidos decidieron no reabrir las escuelas para clases presenciales. Esto se recordará como una falla vergonzosa de los responsables de las políticas a la hora de fijar sus prioridades. Hubo infinidad de cosas absurdas. En Georgia, los adultos podían asistir a locales de tatús, pero los alumnos de quinto grado no podían ir a clases de matemáticas. En muchos estados, los adultos podían reunirse en un bar, pero se obligaba a los niños a sentarse frente a pantallas de computadora y recibir lecciones online que, en muchos casos, directamente equivalían a no ir a la escuela.