NUEVA YORK – Estados Unidos y China siguen en un curso de colisión. La nueva guerra fría entre ambos puede terminar recalentándose por la cuestión de Taiwán. La “trampa de Tucídides” -en la que una potencia en ascenso parece destinada a chocar con un poder hegemónico gobernante- se asoma ominosamente. Pero una escalada seria de las tensiones sino-norteamericanas, para no hablar de una guerra, todavía se puede evitar, lo que le ahorraría al mundo las consecuencias catastróficas que, inevitablemente, sobrevendrían después.
NUEVA YORK – Estados Unidos y China siguen en un curso de colisión. La nueva guerra fría entre ambos puede terminar recalentándose por la cuestión de Taiwán. La “trampa de Tucídides” -en la que una potencia en ascenso parece destinada a chocar con un poder hegemónico gobernante- se asoma ominosamente. Pero una escalada seria de las tensiones sino-norteamericanas, para no hablar de una guerra, todavía se puede evitar, lo que le ahorraría al mundo las consecuencias catastróficas que, inevitablemente, sobrevendrían después.