BERLÍN – La confrontación entre China y Occidente se intensifica casi a diario. Es un conflicto por cuestiones de tecnología, comercio, reparto del mercado global y cadenas de suministro, pero también por valores fundamentales. El objetivo subyacente a esta competencia económica e ideológica es el predominio mundial en el siglo XXI.
BERLÍN – La confrontación entre China y Occidente se intensifica casi a diario. Es un conflicto por cuestiones de tecnología, comercio, reparto del mercado global y cadenas de suministro, pero también por valores fundamentales. El objetivo subyacente a esta competencia económica e ideológica es el predominio mundial en el siglo XXI.