MADRID – Los recientes ataques deliberados a campos de refugiados e instalaciones hospitalarias muestran un desdén absoluto por las normas humanitarias básicas. Del mismo modo lo hacen la obstrucción de los flujos de ayuda humanitaria y los ataques al personal médico y humanitario. Debemos recordar que, aun en medio del caos y las catástrofes provocadas por la guerra, hay unos límites infranqueables.
MADRID – Los recientes ataques deliberados a campos de refugiados e instalaciones hospitalarias muestran un desdén absoluto por las normas humanitarias básicas. Del mismo modo lo hacen la obstrucción de los flujos de ayuda humanitaria y los ataques al personal médico y humanitario. Debemos recordar que, aun en medio del caos y las catástrofes provocadas por la guerra, hay unos límites infranqueables.