SEATTLE – Uno de los mayores desafíos que enfrentan las mujeres en gran parte del mundo es la brecha entre sus derechos legales y su capacidad como individuos para reclamarlos. Cada vez es más probable que las constituciones nacionales garanticen la igualdad de género, pero muchas también reconocen la autoridad de sistemas legales paralelos basados en la tradición, la religión o la afiliación étnica. Y, desafortunadamente, la ley en muchas partes del mundo no ha estado a la altura de los tiempos cambiantes.
SEATTLE – Uno de los mayores desafíos que enfrentan las mujeres en gran parte del mundo es la brecha entre sus derechos legales y su capacidad como individuos para reclamarlos. Cada vez es más probable que las constituciones nacionales garanticen la igualdad de género, pero muchas también reconocen la autoridad de sistemas legales paralelos basados en la tradición, la religión o la afiliación étnica. Y, desafortunadamente, la ley en muchas partes del mundo no ha estado a la altura de los tiempos cambiantes.