Repentinamente, Ucrania enfrenta otra difícil encrucijada: disolver el gobierno y el parlamento y convocar a nuevas elecciones, o ver cómo la independencia del país se pierde poco a poco. Además, se habla nuevamente de desórdenes civiles violentos. Nada de esto debería sorprendernos, considerando el modo como nuestros corruptos gobernantes incitan sistemáticamente al odio regional y étnico.
Repentinamente, Ucrania enfrenta otra difícil encrucijada: disolver el gobierno y el parlamento y convocar a nuevas elecciones, o ver cómo la independencia del país se pierde poco a poco. Además, se habla nuevamente de desórdenes civiles violentos. Nada de esto debería sorprendernos, considerando el modo como nuestros corruptos gobernantes incitan sistemáticamente al odio regional y étnico.