OXFORD – El reciente golpe fallido en Turquía puso de manifiesto que el país sigue siendo vulnerable a intentos de toma del poder por la vía militar. Pero también reveló el surgimiento de un recurso muy potente, que los vecinos de Turquía deberían tratar de cultivar: una clase media fuerte con voluntad y capacidad de movilizarse contra amenazas extremistas. Queda por ver ahora, en el caso de Turquía, si el presidente Recep Tayyip Erdoğan lo cultivará. En el caso de Medio Oriente en general, la cuestión es cómo crear una clase media capaz de salvaguardar la estabilidad.
OXFORD – El reciente golpe fallido en Turquía puso de manifiesto que el país sigue siendo vulnerable a intentos de toma del poder por la vía militar. Pero también reveló el surgimiento de un recurso muy potente, que los vecinos de Turquía deberían tratar de cultivar: una clase media fuerte con voluntad y capacidad de movilizarse contra amenazas extremistas. Queda por ver ahora, en el caso de Turquía, si el presidente Recep Tayyip Erdoğan lo cultivará. En el caso de Medio Oriente en general, la cuestión es cómo crear una clase media capaz de salvaguardar la estabilidad.