ESTAMBUL – El reciente regreso sanos y salvos de 46 rehenes turcos del Estado Islámico generó en Estados Unidos esperanzas de que finalmente Turquía se comprometa a unirse a la coalición internacional que ahora combate a la milicia islámica. Pero la voluntad turca de sumarse todavía debe superar dos escollos: la herencia de la desafortunada política de Ankara hacia Siria y una desconexión estratégica fundamental entre los gobiernos de Recep Tayyip Erdoğan y Barack Obama.
ESTAMBUL – El reciente regreso sanos y salvos de 46 rehenes turcos del Estado Islámico generó en Estados Unidos esperanzas de que finalmente Turquía se comprometa a unirse a la coalición internacional que ahora combate a la milicia islámica. Pero la voluntad turca de sumarse todavía debe superar dos escollos: la herencia de la desafortunada política de Ankara hacia Siria y una desconexión estratégica fundamental entre los gobiernos de Recep Tayyip Erdoğan y Barack Obama.