HAMDEN, CONNECTICUT – Tras las cumbres de la OTAN y Helsinki, muchos liberales se han visto tentados a condenar la conducta del Presidente Donald Trump en términos personales. Su abrazo con Vladimir Putin y su desaire a sus propios servicios de inteligencia y a los aliados tradicionales de Estados Unidos parecen revelar que no está en sus cabales. O que se lo ha manipulado. O que sufre de inestabilidad mental. O que es el mejor “cómplice” de los rusos, un traidor.
HAMDEN, CONNECTICUT – Tras las cumbres de la OTAN y Helsinki, muchos liberales se han visto tentados a condenar la conducta del Presidente Donald Trump en términos personales. Su abrazo con Vladimir Putin y su desaire a sus propios servicios de inteligencia y a los aliados tradicionales de Estados Unidos parecen revelar que no está en sus cabales. O que se lo ha manipulado. O que sufre de inestabilidad mental. O que es el mejor “cómplice” de los rusos, un traidor.