WASHINGTON, DC – Mientras el mundo se preocupa por un posible conflicto entre Estados Unidos e Irán, el derramamiento de sangre en Siria está escalando nuevamente. El régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, ha intensificado su ataque contra el bastión opositor todavía en pie en la provincia de Idlib, donde viven unos tres millones de personas, incluidas muchas que han tenido que desplazarse internamente. Para evitar una nueva pesadilla humanitaria y otro éxodo masivo de refugiados, Estados Unidos debe renovar sus esfuerzos para alcanzar la paz.
WASHINGTON, DC – Mientras el mundo se preocupa por un posible conflicto entre Estados Unidos e Irán, el derramamiento de sangre en Siria está escalando nuevamente. El régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, ha intensificado su ataque contra el bastión opositor todavía en pie en la provincia de Idlib, donde viven unos tres millones de personas, incluidas muchas que han tenido que desplazarse internamente. Para evitar una nueva pesadilla humanitaria y otro éxodo masivo de refugiados, Estados Unidos debe renovar sus esfuerzos para alcanzar la paz.