WASHINGTON, DC – Después de las elecciones estadounidenses que se celebrarán el 3 de noviembre la configuración partidaria de casi todo el gobierno federal estadounidense estará sujeta a cambios, a pesar de que los resultados definitivos de dichos comicios pueden demorarse. Lo único que se puede decir con cierta seguridad es que la Cámara de Representantes permanecerá en manos del mismo partido (los Demócratas). El Senado dominado hoy por los Republicanos podría ser ganado por los Demócratas. La Corte Suprema, de inclinación conservadora, ahora está virando muy a la derecha, como resultado de la confirmación por parte del Senado de Amy Coney Barrett, la nominada del presidente Donald Trump para llenar el escaño que ocupaba la fallecida jueza liberal Ruth Bader Ginsburg.
WASHINGTON, DC – Después de las elecciones estadounidenses que se celebrarán el 3 de noviembre la configuración partidaria de casi todo el gobierno federal estadounidense estará sujeta a cambios, a pesar de que los resultados definitivos de dichos comicios pueden demorarse. Lo único que se puede decir con cierta seguridad es que la Cámara de Representantes permanecerá en manos del mismo partido (los Demócratas). El Senado dominado hoy por los Republicanos podría ser ganado por los Demócratas. La Corte Suprema, de inclinación conservadora, ahora está virando muy a la derecha, como resultado de la confirmación por parte del Senado de Amy Coney Barrett, la nominada del presidente Donald Trump para llenar el escaño que ocupaba la fallecida jueza liberal Ruth Bader Ginsburg.