BRUSELAS – La primera salva en la guerra comercial transatlántica ahora ha sido disparada por Estados Unidos, que está imponiendo aranceles perjudiciales a las importaciones de acero de la Unión Europea (así como de Canadá y México). Fue un ataque no provocado, contra el cual la Unión Europea ha prometido tomar represalias. Es más, el presidente norteamericano, Donald Trump, ha anunciado una investigación sobre si las importaciones de automóviles amenazan la seguridad nacional. En consecuencia, cualquier respuesta en tono de venganza podría escalar rápidamente del acero a la industria automotriz, que es vital para Europa.
BRUSELAS – La primera salva en la guerra comercial transatlántica ahora ha sido disparada por Estados Unidos, que está imponiendo aranceles perjudiciales a las importaciones de acero de la Unión Europea (así como de Canadá y México). Fue un ataque no provocado, contra el cual la Unión Europea ha prometido tomar represalias. Es más, el presidente norteamericano, Donald Trump, ha anunciado una investigación sobre si las importaciones de automóviles amenazan la seguridad nacional. En consecuencia, cualquier respuesta en tono de venganza podría escalar rápidamente del acero a la industria automotriz, que es vital para Europa.