BERLÍN – En el despertar de la dirigencia europea a la realidad del inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, hay dos grandes trampas en las que no debe caer: el pánico y la negación. No será fácil, pero hay demasiado en juego para cometer errores.
BERLÍN – En el despertar de la dirigencia europea a la realidad del inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, hay dos grandes trampas en las que no debe caer: el pánico y la negación. No será fácil, pero hay demasiado en juego para cometer errores.