ATLANTA – Para entender lo que está sucediendo en los regímenes autoritarios –ya sea en Moscú, La Habana, Beijing o Pyongyang-, los analistas siempre le prestan mucha atención al ascenso y caída de los jefes de inteligencia. En el caso del presidente norteamericano, Donald Trump, que aspira a ser un autócrata, el nombramiento frustrado de John Ratcliffe, un congresista republicano de Texas, para suceder al saliente director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, es por cierto revelador.
ATLANTA – Para entender lo que está sucediendo en los regímenes autoritarios –ya sea en Moscú, La Habana, Beijing o Pyongyang-, los analistas siempre le prestan mucha atención al ascenso y caída de los jefes de inteligencia. En el caso del presidente norteamericano, Donald Trump, que aspira a ser un autócrata, el nombramiento frustrado de John Ratcliffe, un congresista republicano de Texas, para suceder al saliente director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, es por cierto revelador.