AMÁN – No debería sorprender que el acuerdo de paz entre Israel y los palestinos propuesto por Estados Unidos tenga todas las características de una transacción inmobiliaria. Este supuesto “Acuerdo del siglo” en verdad no encarna ninguno de los ingredientes de una resolución de conflicto exitosa, como por ejemplo hablar y escuchar, un acuerdo sobre los intereses centrales y una solución de compromiso que la mayoría pueda respaldar. Y cómo se la podría respaldar cuando los socios más importantes en la conversación –los palestinos- sólo se destacaron por su ausencia, después de haber quedado fuera de la sala ante las demandas imposibles.
AMÁN – No debería sorprender que el acuerdo de paz entre Israel y los palestinos propuesto por Estados Unidos tenga todas las características de una transacción inmobiliaria. Este supuesto “Acuerdo del siglo” en verdad no encarna ninguno de los ingredientes de una resolución de conflicto exitosa, como por ejemplo hablar y escuchar, un acuerdo sobre los intereses centrales y una solución de compromiso que la mayoría pueda respaldar. Y cómo se la podría respaldar cuando los socios más importantes en la conversación –los palestinos- sólo se destacaron por su ausencia, después de haber quedado fuera de la sala ante las demandas imposibles.