MADRID – Más que encuentros, el presidente estadounidense Donald Trump y sus socios europeos están protagonizando una larga lista de desencuentros. La cumbre anual de la OTAN celebrada en Bruselas hace unos días tenía todos los visos de engrosar dicha lista. Recordemos que, en la cumbre del año pasado, Trump renunció a apoyar explícitamente la piedra angular de la Alianza Atlántica: el principio de defensa colectiva consagrado en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte. Por si los precedentes —incluyendo también el reciente descarrilamiento del G7— no fuesen suficientemente desalentadores, la reunión que iba a mantener posteriormente Trump con el presidente ruso Vladimir Putin añadía el enésimo elemento de tensión.
MADRID – Más que encuentros, el presidente estadounidense Donald Trump y sus socios europeos están protagonizando una larga lista de desencuentros. La cumbre anual de la OTAN celebrada en Bruselas hace unos días tenía todos los visos de engrosar dicha lista. Recordemos que, en la cumbre del año pasado, Trump renunció a apoyar explícitamente la piedra angular de la Alianza Atlántica: el principio de defensa colectiva consagrado en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte. Por si los precedentes —incluyendo también el reciente descarrilamiento del G7— no fuesen suficientemente desalentadores, la reunión que iba a mantener posteriormente Trump con el presidente ruso Vladimir Putin añadía el enésimo elemento de tensión.