NEW HAVEN – El 6 de enero de 2021 en Washington D. C., como es bien sabido, el presidente estadounidense Donald Trump —que había perdido las elecciones de 2020— dio un discurso ante un grupo de sus seguidores, que luego se unieron a la turba que atacó el Capitolio del país. Aunque en su diatriba divagó y se mostró incoherente, dejó algunas cosas en claro: la izquierda había conspirado para robar las elecciones mediante el fraude y la muchedumbre convocada en Washington en su nombre debía «mantenerse firme». Implicó que podía ser necesario recurrir a la violencia, porque «no hay forma de recuperar al país con debilidad».
NEW HAVEN – El 6 de enero de 2021 en Washington D. C., como es bien sabido, el presidente estadounidense Donald Trump —que había perdido las elecciones de 2020— dio un discurso ante un grupo de sus seguidores, que luego se unieron a la turba que atacó el Capitolio del país. Aunque en su diatriba divagó y se mostró incoherente, dejó algunas cosas en claro: la izquierda había conspirado para robar las elecciones mediante el fraude y la muchedumbre convocada en Washington en su nombre debía «mantenerse firme». Implicó que podía ser necesario recurrir a la violencia, porque «no hay forma de recuperar al país con debilidad».