LONDRES – ¿Se rendirá Donald Trump en su guerra comercial con China, o la ganará? Es probable que ambas cosas. Ya hay en Trump un patrón claramente establecido, que empieza con amenazas terroríficas (“fuego y furia”, “restringir a cero las exportaciones de Irán”, “arancelar todo lo que sea chino”, “consecuencias como pocos han sufrido”) y sigue con un apretón de manos, un abrazo y un repentino brote de comprensión mutua.
LONDRES – ¿Se rendirá Donald Trump en su guerra comercial con China, o la ganará? Es probable que ambas cosas. Ya hay en Trump un patrón claramente establecido, que empieza con amenazas terroríficas (“fuego y furia”, “restringir a cero las exportaciones de Irán”, “arancelar todo lo que sea chino”, “consecuencias como pocos han sufrido”) y sigue con un apretón de manos, un abrazo y un repentino brote de comprensión mutua.