BUENOS AIRES – En la década de 1980, el gobierno del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, obligó a Japón a aceptar restricciones “voluntarias” de sus exportaciones, específicamente de automóviles, con el fin de reducir el déficit comercial de Estados Unidos y proteger a las empresas estadounidenses de la competencia japonesa. Hasta el año 1994, el déficit no se había reducido, pero los fabricantes de automóviles estadounidenses se habían tornado en más competitivos, por lo que se descontinuaron las restricciones. Al año siguiente, se estableció la Organización Mundial del Comercio y se prohibieron tales restricciones “voluntarias” por ser ilegales.
BUENOS AIRES – En la década de 1980, el gobierno del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, obligó a Japón a aceptar restricciones “voluntarias” de sus exportaciones, específicamente de automóviles, con el fin de reducir el déficit comercial de Estados Unidos y proteger a las empresas estadounidenses de la competencia japonesa. Hasta el año 1994, el déficit no se había reducido, pero los fabricantes de automóviles estadounidenses se habían tornado en más competitivos, por lo que se descontinuaron las restricciones. Al año siguiente, se estableció la Organización Mundial del Comercio y se prohibieron tales restricciones “voluntarias” por ser ilegales.