MILÁN – Una globalización económica exitosa requiere de patrones de crecimiento razonablemente exitosos en determinados países. Esa dinámica caracterizó los 30 años, aproximadamente, que siguieron a la Segunda Guerra Mundial: las tasas de crecimiento eran relativamente altas en una amplia variedad de países; sus beneficios, en líneas generales, eran compartidos al interior de los países, y el ascenso de los países en desarrollo redujo la desigualdad global. Este período probablemente representó el apogeo de la globalización.
MILÁN – Una globalización económica exitosa requiere de patrones de crecimiento razonablemente exitosos en determinados países. Esa dinámica caracterizó los 30 años, aproximadamente, que siguieron a la Segunda Guerra Mundial: las tasas de crecimiento eran relativamente altas en una amplia variedad de países; sus beneficios, en líneas generales, eran compartidos al interior de los países, y el ascenso de los países en desarrollo redujo la desigualdad global. Este período probablemente representó el apogeo de la globalización.