BERLÍN – A poco más de un mes de la asunción al cargo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya es evidente que nada bueno saldrá de su presidencia. Por desgracia, los pesimistas resultaron realistas: todo está realmente tan mal como predijeron. Los peores escenarios se convirtieron en escenarios de base. Hay que descartar por ilusoria toda esperanza de que las exigencias del cargo o las realidades políticas y económicas convenzan a Trump de respetar las normas de la política interna y exterior.
BERLÍN – A poco más de un mes de la asunción al cargo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya es evidente que nada bueno saldrá de su presidencia. Por desgracia, los pesimistas resultaron realistas: todo está realmente tan mal como predijeron. Los peores escenarios se convirtieron en escenarios de base. Hay que descartar por ilusoria toda esperanza de que las exigencias del cargo o las realidades políticas y económicas convenzan a Trump de respetar las normas de la política interna y exterior.