LONDRES – La decisión abrupta del presidente norteamericano, Donald Trump, de cancelar su cumbre planeada para el 12 de junio con Kim Jong-un representa un golpe diplomático para el líder norcoreano, y una victoria aún mayor para China. En apenas unos meses, la imagen de Kim ha pasado de ser la de un paria internacional a la de un conciliador frustrado.
LONDRES – La decisión abrupta del presidente norteamericano, Donald Trump, de cancelar su cumbre planeada para el 12 de junio con Kim Jong-un representa un golpe diplomático para el líder norcoreano, y una victoria aún mayor para China. En apenas unos meses, la imagen de Kim ha pasado de ser la de un paria internacional a la de un conciliador frustrado.