LOS ÁNGELES – Dos episodios recientes ponen en foco la estrategia comercial de Estados Unidos frente a China. El primero, que afecta las negociaciones comerciales bilaterales, no es ninguna sorpresa: el presidente norteamericano, Donald Trump, ha abandonado sus bravatas sobre las vagas promesas que China ha hecho antes –implementar derechos de propiedad, distender las restricciones a la inversión extranjera y dejar de presionar a las compañías extranjeras para que compartan su tecnología-. El segundo episodio, que preocupa a los aliados de Estados Unidos, es más revelador –y engañoso.
LOS ÁNGELES – Dos episodios recientes ponen en foco la estrategia comercial de Estados Unidos frente a China. El primero, que afecta las negociaciones comerciales bilaterales, no es ninguna sorpresa: el presidente norteamericano, Donald Trump, ha abandonado sus bravatas sobre las vagas promesas que China ha hecho antes –implementar derechos de propiedad, distender las restricciones a la inversión extranjera y dejar de presionar a las compañías extranjeras para que compartan su tecnología-. El segundo episodio, que preocupa a los aliados de Estados Unidos, es más revelador –y engañoso.